domingo, 15 de marzo de 2009

Esa vieja costumbre de sentir

El siguiente artículo de Mario Benedetti aunque de 1992 presenta un tema muy relevente, la tendencia actual por querer ocultar los sentimientos. Presentándolos cómo algo cursi y de lo que uno debería estar avergonzado. Puede ser quizás que los ejemplos que el autor usa puedan parecer desfasados pero me parece que el lector podrá facilmente encontrar ejemplos que le son más cotidianos y cercanos. Espero que lo disfruten.

Esa vieja costumbre de sentir
de Mario Benedetti
Enlace aquí


Y ahora como ejercicio y para disfrutar:
Llorar a lágrima viva
de Oliverio Girondo con la voz de Dario Grandinetti

viernes, 13 de marzo de 2009

Molino risueño

Y juega con nosotros el molino de viento
Molino de viento
Molino de aliento
Molino de cuento
Molino de intento
Molino de aumento
Molino de ungüento

Repetía mi hermanito riendo.

Y juega con nosotros el molino de viento
Molino de viento
de aliento
de cuento
de intento
de aumento
de ungüento

Y reía más y repetía más. Hasta que un mayor se le acercó y le preguntó.
- ¿Sabes lo que estás repitiendo?
Y mi hermanito levanta la cabeza y ya en el piso destornillándose de risa repetía.
de alientocuentointentoaumentoungüento.
Entonces el mayor molesto le cierra y quita un libro muy pequeño de las manos diciéndole.

-Con las cosas de mayores no se juega.

Ya son las dos de la madrugada y los mayores duermen. Me deslizo al librero y rescato un libro muy pequeño.

Y ahora soy yo quien me rio y repito

Y juega con nosotros el molino de viento
Molino de viento
Molino de aliento
Molino de cuento
Molino de intento
Molino de aumento
Molino de ungüento




Altazor o El viaje en paracaídas
de Vicente Huidobro
Enlace aquí


Cuando yo era un enano
de Silvio Rodríguez

jueves, 12 de marzo de 2009

Bueno y Malo

No existe nada más horrible que una idea completa.
Existen muchas maneras útiles de perder el tiempo, pero ninguna para recuperarlo.
Atacama florece de vez en cuando.
La muralla china se ve desde el espacio.
Las balas se resfrían y aun así siguen trabajando.
He intentado volar y aunque he conseguido no caerme, no logro levantarme.
No escribir palabras es fácil, no pensarlas es imposible.
Yo no decidí nacer
Cuando camino mis huellas me huyen. Cuando regreso ya se fueron.
Matar a un hombre resulta complicado, no matar a ninguno más complicado.
Querer es poder, no querer es suficiente.
Los discos se rayan, las manos se queman y el sol se gasta.
Si hablar es fácil, hacer es más fácil
Cuando las puertas se extinguieron al poco tiempo lo hicieron las llaves.
Las caras se olvidan fácilmente, pero las narices se quedan pegadas a las caras.
Si hay que sacarlo todo para empezar, no sacar nada es bueno y malo.


Dicotomía incruenta
de Oliverio Girondo
Enlace

miércoles, 11 de marzo de 2009

Defina poesía en un párrafo

Recuerdo que esa solía ser una pregunta frecuente en mis exámenes de Español y aunque torturé mi mente en muchas ocasiones para hilvanar las ideas. Nunca salían juntas. Me pregunto. ¿Por qué será?
La poesía:
Es una de las caras escurridizas y ocultas del lenguaje.
Es esa máscara hermosa que a veces usamos y otras nos sonríe.
Es el lenguaje dentro del lenguaje que es escuchado con las manos y el estómago.
Es un espejo fragmentado en millones de pedazos que no intenta ni pretende reflejar fielmente al firmamento.
Es la llave que se encuentra en ese baúl cerrado y que abre ese mismo baúl cerrado.
Es ese rayo de luz que se cuela entre la tempestad y la incoherencia.
Es esa pequeña vela encendida que debemos proteger.
Es esa puerta que nadie se atreve a cerrar y pocos se atreven abrir.
La poesía puede ser mi sonrisa.
La poesía es tu sonrisa.
La poesía es tu reflejo en el lago, las paredes y la noche.
La poesía es el recuerdo de tus pasos, luces y recuerdos.
La poesía se escribe y se lee a escondidas aunque no se sepa de quien.
La poesía tiene muchos nombres algunos prohibidos, otros olvidados y muchos desconocidos.
La poesía es poesía.


Oficio de Poeta:
Fragmento de la película "El lado oscuro del corazón"

martes, 10 de marzo de 2009

Eras, Eres, Serás

Eras
ese nombre que se escapa detrás de mi en la fila
ese nombre que en silencio y sin quererlo me hacia mirar atrás.
el susurro que como brisa enfriaba mi nuca
el calor que invadía mi cuerpo.
la medida exacta de mis manos
el horizonte que dibujaba el deseo y nunca alcanzaban mis sueños

Eres
ese pensamiento furtivo que me acecha
ese verso que no termino
esa coincidencia que nunca me convence
mi sonrisa más amplia
el recuerdo de un día alegre
un día alegre

¡Serás!
Serás.
¿Serás?

lunes, 9 de marzo de 2009

Hambre

El hambre puede ser ese bostezo largo y aburrido durante una clase más larga y aburrida. Puede ser no poder hablar del tema. Puede ser acostarse para escapar y no levantarse de hambre.


El hambre
de Miguel Hernández

I
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

II
El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

viernes, 6 de marzo de 2009

Mi Casa tu Casa

Quizás es poco, pero es mío. Cabe en una maleta vacía por eso es inconfiscable. Quiero compartirlo contigo porque tu hicíste lo mismo conmigo. Abriste tus puertas y sonrisas. Es solo una llave que no abre ninguna puerta, pero es mi llave y ahora es tuya también. En fin es solo mi casa y es también tu casa.
Gracias.

La Habana en voz de Luis Carbonell



Sábanas Blancas



Hoy mi Habana